Cabellera de perla

Título: Cabellera de perla
Categoría: Secundaria

Seudónimo: Rosa blanca

Siempre me preocupo por los demás porque me tienden a rechazar. Soy víctima de mi propia sociedad sin ningún ánimo de existir. Esa tristeza y soledad, mi cabello blanco diferente al verde de los demás, seguro lo causó.  Todo esto solo por algo que yo no elegí, el pueblo verde no es debería ser así.

Siempre suelo ir a orar lejos del suelo, en el viejo árbol que en el bosque está. No sé si Dios me pueda escuchar, pero así expreso mi indignación. Sigo invadida por la soledad, con tanta tristeza que me hace llorar. Yo siempre pregunto si alguien querrá un poco de mi amistad.

Justo la ví en aquel lugar junto a un árbol que cerca está. Se había caído, así que entonces la fui a salvar y nuestra historia comienza acá. Nuestras diferencias se podían notar más no nos parecía importar, muy poco tiempo le tomó y fácil mi confianza  se ganó.

Nunca había visto a una persona así con hermoso cabello verde esmeralda. Todo nuestro pueblo le daba su amor por su gran sonrisa y amable voz.

– ¿Porque eres tan amable conmigo?, ¿hacerme burla es tu intención?, ¿Es que no lo ves? yo soy inferior- o al menos eso es lo que pienso yo-. Me abrazaste y aún recuerdo lo que me dijiste: “No lo eres y conocerte fue una bendición” y sin pensar me puse a llorar. Desde ese día yo te di mi corazón y aunque el mundo me quiera molestar eso ya no me importará pues contigo yo estaré y esta felicidad nadie me la quitará.

Nos apresuramos y logramos obtener un trabajo en la mansión de una gran comerciante, así una vida digna logramos tener siempre juntas ella y yo.

Un hombre con cabellera azul vino a visitar y su presencia haría que nuestro destino cambiara por completo.

Era un príncipe perteneciente a un lejano azul país y de mi gran amiga el chico se enamoró. Tan enamorado estaba, que canceló el compromiso con la princesa de la nación vecina, su nombre era Rin, tenía 14 años y era una chica caprichosa e infantil. Definitivamente se desataría un enorme mal y así fue cuando la princesa Rin dio una orden: Las mujeres de pelo verde las quiero muertas ¡Vayan y mátenlas a todas !

Todos se han ido y nadie más quedó, mi cabellera blanca fue lo que me salvó. Ojalá hubiera sido yo la que hubiera muerto, tomaría el lugar de mi amiga si tuviera elección…

A una casa me fui a vivir cerca de una playa sirviéndole a un comerciante más. Ahí se escuchaba el rumor de que hubo una gran revolución y la malvada Rin cayó, su cabeza rodaba tras su ejecución.

Pasó el tiempo, un día a otra niña vi en aquel lugar junto a la orilla del mar. Era una chica de cabello dorado que se había caído, así que entonces la fui a salvar. Una nueva historia comienza acá, nuestras diferencias se podían notar más no nos parecía importar. Muy poco tiempo le tomó y fácil mi confianza se ganó así que trabajamos juntas en la mansión del comerciante y compartíamos una habitación.

Un día de repente la vi salir del cuarto, la seguí y la escuché llorar. Su hermano gemelo  murió en vez de ella. Entonces escuché una gran y amarga confesión que en serio me sorprendió ¡Dios esto no debe ser de verdad! Ella en realidad es Rin  , la supuesta princesa muerta.

Este mar solitario está y ella se encuentra sola conmigo. Voy detrás de ella con un arma que despacio saco de mi bolsillo y a su espalda lo dirijo con furia ¡Ella debe pagar porque a mi amiga mandó matar!

Amiga mía discúlpame por favor, esta venganza no la tomaré, a ella no la mataré, espero puedas perdonarme aunque no creo que sirva una disculpa. Esa chica me recuerda a mi mucho antes de conocerte, muy sola se debe sentir y sin ánimos de existir. Esa chica ha mejorado en todo: antes era infantil y caprichosa, ahora es una gran persona.

Aún recuerdo ese encuentro. Algo me detuvo en ese momento, una fuerte y blanca presencia ¿Quién será? …