Título: El pan rojo tostado
Categoría : Infantil B
Seudónimo: Moi3
Había una vez un pan rojo, brillante y crujiente, que vivía en una panadería mágica.
Un día, un señor hambriento entró en la panadería y se fijó en el pan rojo. “¡Qué delicia!” pensó, pero cuando intentó alcanzarlo, el pan rojo, con un salto, se escapó por la ventana.
El señor, decidido a no dejar escapar su delicioso objetivo, preparó una trampa ingeniosa. El pan rojo, confiado en su velocidad, no vio la trampa y cayó en ella. Sin embargo, al intentar liberarse, la red lo electrocutaba suavemente, dejándolo aturdido. El señor esperaba pacientemente a que el pan rojo se quedara dormido por el cansancio de su lucha. Con un movimiento rápido, lo sacó de la trampa y lo llevó hacia su tostadora.
Justo cuando el señor estaba a punto de introducir el pan rojo en la tostadora, este despertó con un sobresalto. En un acto reflejo, el pan rojo saltó justo un tiempo para evitar ser tostado por completo. Sin embargo, al escapar, no se dio cuenta de que el lugar estaba lleno de trampas ingeniosas.
En su momento de necesidad, apareció su amigo, el pan azul, que había escuchado los gritos de auxilio del pan rojo. Juntos intentaron encontrar una salida, pero pronto cayeron en otra trampa: una caja cerrada con un candado mágico. Sin embargo, usando su ingenio y trabajo en equipo, lograron abrirla y escapar.
Desesperado por recuperar sus preciados panes, el señor decidió pedir ayuda a su esposa e hijo. Con su ayuda, lograron atrapar a los panes nuevamente y los metieron en la tostadora. El pan azul logró escapar una vez más utilizando un truco que había aprendido de los antiguos panes mágicos. Mientras tanto, el pan rojo se tostó ligeramente y recibió una pequeña mordida del niño. Pero justo cuando parecía que todo estaba perdido para el pan rojo, este usó su astucia para deslizarse fuera de las manos del niño.
El señor decidió rendirse por un momento y se sentó a pensar en cómo atrapar podría al pan rojo de nuevo. Un día, mientras el señor estaba distraído buscando al pan rojo en la cocina, este decidió regresar sigilosamente. “Lo de rendirse era solo una broma”, pensó el pan rojo mientras se acercaba al lugar donde había estado atrapado.
Sin embargo, al dar un paso en falso, el señor pisó un panel oculto y cayó hacia abajo. Había llegado a la guarida secreta del pan rojo y allí encontró al pan azul… o eso creía él. Para su sorpresa, solo era un holograma creado por el ingenioso pan rojo para despistar.
El verdadero pan rojo estaba escondido detrás de un estante lleno de especias mágicas. El señor sacó su tostadora nuevamente y esta vez decidió tostar al pan rojo hasta que estuviera dorado como él quería. Pero cuando finalmente lo atrapó y lo metió en la tostadora… ¡el pan rojo había planeado esto! Con un último esfuerzo mágico, logró liberarse justo antes de ser tostado completamente.
Agotado y derrotado por la astucia del pan rojo y su amigo azul, el señor se rindió de verdad esta vez. Se sentó en el suelo riendo ante lo absurdo de la situación mientras los panes danzaban felices a su alrededor.
Desde ese día, el señor decidió que en lugar de intentar comerse al pan rojo y al pan azul, sería mejor hacer amigos con ellos. Juntos vivieron muchas aventuras en la cocina mágica donde las risas eran más satisfactorias que cualquier bocado.
Y así concluye la historia del ingenioso pan rojo y su valiente amigo azul.