Héroe de Guerra

Título: Héroe de Guerra
Categoría: Preparatoria
Seudónimo: Helio

Japón, año 455 d.C., Aogashima.

Se escucha el grillar en los matorrales; es más de media noche; todo el pueblo descansa después de un largo día de cosecha. Las cabañas, hechas por los obreros de la zona, crean un ambiente de pueblo pesquero. Los adultos de la zona se encuentran todas las noches en el bar del pueblo, donde el sake es hecho a mano y los aldeanos lo catalogan como una maravilla culinaria.

En el bar hay  un teniente de un parecido sin igual; su nombre es Kanji. Tiene un pelo tan rojo como la sangre y unos ojos amarillos, que dan miedo; sus amigos le dicen ドラゴン (Dragón).

—Kanji, ¿cómo estás? Hace tiempo que no te veía. ¿Cómo te fue en el ejército?

—!Chun! ¡Qué gusto me da verte! Por fin he aplicado para el ejército. Me siento honrado de que el pueblo de Aogashima tenga un Samurai en la aldea por primera vez o, al menos, uno que se está formando.

—Me da… —sonó un grito a lo lejos, como por la casa de Kanji.

—¿Qué fue eso? —preguntó Chun.

—No lo sé, pero sonó cerca de mi hogar. Creo que debo ir.

Cuando Kanji  llegó a su casa, descubrió el piso lleno de sangre. Luego encontró los cuerpos de su familia completamente masacrados. Su esposa estaba desaparecida.

Japón, año 454 d.C., Aogashima.

—¡Silencio!—dijo Sung. —No nos pueden escuchar. Hoy es el día en el que la familia de Kanji se va a arrepentir por todo lo que hicieron en el nacimiento de mi hijo Blade, mi único y querido hijo.

—Pero, señor, ¿no le parece que es muy excesivo matar a toda su familia? mencionó uno de los guerreros que acompañaban a Sung.

—¡Cómo te atreves a cuestionarme! ¿Qué hubieras hecho tú si hubieran intentado matar a tu hijo solo porque su abuelo fue un héroe de guerra? No existirá piedad alguna mientras esa familia siga existiendo y comparta la misma isla con nosotros. ¿Quedó claro?

—Todo el batallón asintió con la cabeza, dándole a entender a Sung que acatarán las órdenes.

—Muy bien, entonces entrarán a esa casa, aquella con la bandera del clan de Kanji. Me traen a su esposa y matan a sus hijos en su hogar;  luego yo veré qué hacer con la esposa.

Todo el batallón se acercó a la casa y solo unos de ellos entró a la posada. Tal como dijo Sung, masacraron a los niños y llevaron a su esposa ante Sung.

Subieron todos a sus caballos, y se retiraron de Agoshima a su campamento. Cuando llegaron más tarde al campamento, Sung bajó a la esposa de Kanji, la sentó junto a la fogata y le dio sake y arroz con pescado.

            —Dime, muchachita, ¿te gustaría regresar a tu casa?

—La muchacha asintió.

—Muy bien, entonces, te voy a pedir un favor: Dile a tu esposo que confiese lo que ha hecho enfrente de todos y se humille. Después vendrá a mi aldea para que lo mate en frente de todos. Si no lo haces, te mataré y les entregaré tu cabeza. Vete, muchacha, antes de que me arrepienta.

La muchacha no lo quiso hacer, por lo que los guerreros de Sung la mataron y llevaron su cabeza al pueblo.

 

Japón, año 480 d.C., campo de batalla.

Después de todos esos años de entrenamiento, Kanji por fin tendría la oportunidad de vengarse de la familia de Blade, y todo lo que su padre hizo. Sonaban por todas partes  los choques de las espadas y los gritos de los  guerreros. Entre el medio de la batalla se cruzaban unas miradas rencorosas entre Kanji y Blade. La tensión que se sentía entre Kanji y Blade era muy intensa…

De repente, la batalla paró completamente; Balde miró hacia delante y vio su espada clavada en un cuerpo. Cuando volteó arriba, era su hermano. Blade se acercó y le gritó:

—Perdoname. ¿Por qué te pusiste entre nosotros?

—Maté a Kanji poco tiempo antes de que te clavara su espada, pero no te preocupes; estaré bien.

Blade lloró y rezó con todas sus fuerzas. En ese momento un dragón voló hacia la zona de batalla y soltó una de sus plumas. Le pidió a Blade que la colocara en la herida, y su hermano sanaría. Blade, sin más que perder, lo hizo y, de un momento a otro, la herida había desaparecido.

Regresaron a casa y por todas partes se escucharon gritos y bendiciones por parte de todo el pueblo, y los reconocieron como héroes de guerra.