La Aldea de los fantasmas

Título: La Aldea de los fantasmas
Categoría: Infantil B
Seudónimo: Máquina de imaginación

Liliana Greenpeace es una chica de 17 años y está a dos semanas de cumplir 18. Ella tiene pecas, cabello largo, rizado y de color rojo. Vive en una aldea mágica, su  casa es pequeña, de color blanco y techo rojo, vive con su mamá Victoria Ortiz, su papá Julián Greenpeace y su hermana mayor Luna a la que le gustaba llamar Lun.

Su vida es linda pero tiene una gran preocupación, porque en esta aldea mágica al cumplir 18 años se les otorga a un fantasma. Este fantasma puede ser bueno contigo si tú eres bueno y malo si tú eres malo. Además, su familia le advirtió que hay un problema mayor: ¨el fantasma exagera dos veces más tus acciones”.  Eso quiere decir que si, por ejemplo, Liliana robaba un banco, ¡la consecuencia sería morir! Pero si descubría la cura de alguna enfermedad mortal, su fantasma le demostraría toda su admiración.

Con todo esto en su cabeza, a Liliana se le ocurrió una gran idea: no iría a la asignación de su fantasma y por lo tanto no le pasaría nada. Le contó a su hermana sobre su plan esperando que la apoyara, pero su hermana, de una manera burlona le dijo:

-Nadie puede saltarse la asignación de fantasma.

Liliana creía que podía ser la primera persona en hacerlo. Discutieron un rato hasta que Luna se cansó de pelear y le dijo que hiciera lo que quisiera.

Liliana se fue a su cuarto, quería llevar a cabo su plan de escapar, así que se encerró y, amarrando las sábanas de su cama, bajó por la ventana. Corrió al bosque, se adentró entre los árboles, era un lugar oscuro e inmenso. ¡Alguien la seguía! Volteó asustada y repentinamente alguien la aventó a una zanja y quedó atrapada.

-¿Qqqueé hago aquí!? -comenzó a gritar tartamudeando

Una voz le contestó:

-Cumplir con tu destino.

-¿Cuál es mi destino, señor? -preguntó Liliana.

-Ya sabes, hay que asignarte tu fantasma.

Liliana le mintió:

-Ya tengo un fantasma.

-¡No me mientas Greenpeace!  ¡Yo lo sé todo! -gritó enfurecido.

Estaba muy sorprendida Liliana de que supiera su nombre. En ese momento,  asustada, sacó fuerzas impensables, logró liberarse de la zanja en donde estaba atrapada, corrió y corrió y sabía que ya no podría detenerse, la única opción era cruzar el bosque y salir del territorio de la aldea y así librarse de todo eso para siempre. Liliana estaba dispuesta a salir de la aldea y cambiar su destino.  

Después de correr tanto se dio cuenta de que había salido de la aldea. ¡Por fin!  Era el momento de comenzar una nueva vida. Se sentía feliz porque ahora podría decidir hacía qué rumbo iría su vida sin tener un fantasma que la detuviera.