Título: Según mi imaginación
Categoría: Cuento – Infantil B
Por: Cheto Pérez
Hola, soy Jaime y tengo 9 años. Cuando estoy en la escuela mi imaginación empieza a volar. Te platico cómo funciona esto: mientras mi maestra empieza a enseñarnos un tema nuevo a mis amigos y a mí, mi mente le pone colores diferentes, formas y personajes como a mí me gusta. Así me imagino mi propia historia con aviones y caballos que me encantan. La verdad se me hace más fácil y mucho mas divertido todo.
Hoy nos enseñaron las tablas de multiplicar, entonces, para hacerlo más divertido, cada número era un avión diferente: había Jumbos, Cesnas, Boeing 777, Boeing 787, Dreamliner, aviones de carga, Airbus 340, hidroaviones y muchos más. Yo contaba cada tipo de avión, los juntaba y sumaba. Cada operación era una historia de aviones diferente y así tenía el resultado.
Las matemáticas me encantan porque puedo echar a volar mi imaginación miles y miles de veces. En otras materias también mi imaginación me ayuda mucho, hay veces que hasta hago canciones para poder aprenderme los temas que me dan. Mi mamá me platica que desde que yo era un bebé, siempre me ha gustado que me cuenten historias y juegos, pues ahí se usa mucho la imaginación.
La verdad me tardo un poco más en entregar mis trabajos que mis amigos, pero lo que hago se me hace mucho más divertido y entretenido. Aunque voy a ser muy sincero, de repente mi imaginación me hace malas jugadas: una vez estaba en un examen de Matemáticas y empecé a utilizar la imaginación para que me ayudara a contar; me imaginaba “4 Boeing 69 + 2 Jumbos + 8 Jumbo 779 + Green 2729”. Yo pensé que estaba haciendo mi examen genial, pero todo lo estaba imaginando. Cuando la maestra pidió el examen… ¡me sorprendí, el examen estaba en blanco!
Otro día pasó algo parecido, la maestra nos pidió la tarea y yo muy seguro le entregué el cuaderno. ¡No la tenía hecha! Yo juraba que hasta me había quedado bien padre. La maestra pensó que le estaba mintiendo, pero creo que un día anterior abrí mi cuaderno, me imaginé saltando con un lindo caballo para recordar las tablas de la tarea, y ahí me quedé: imaginando. Cuando le dije a la maestra que sí la había hecho, pero que no sabía en dónde estaba, ella sólo me dijo: “tal vez la hiciste en tu imaginación”… y sí, ahí es en donde hago mis tareas o los exámenes que tanto trabajo me cuestan.
Después de varias veces de que me pasara esto, la maestra habló con mi mamá, y mi mamá le contó que también esas cosas pasan en mi casa. Por ejemplo: a veces me manda a bañar, yo imagino que me baño en un hermoso río al lado de mi caballo, y cuando mi mamá me habla, yo regreso de mi imaginación y sigo todo sucio.
He empezado a asistir a unas clases especiales en donde me ayudan mucho para que mi imaginación siga creciendo, pero que yo no me quede allá, en el mundo imaginario. También me pusieron una “sombra” que es una maestra o maestro especial que me ayuda en la escuela para que no todo sea según mi imaginación.
Aunque es bien divertido todo, según nuestra imaginación, a veces no nos podemos quedar ahí.
Hoy uso mi imaginación para que mi vida siga siendo divertida, pero ya entrego mis tareas y exámenes de verdad.
Fin.